¿Qué se necesita para convertirse en un diseñador de calzado?

Cinco líderes de la industria desglosan los requisitos técnicos, creativos y comerciales de esta profesión

Pierre Hardy, que lleva tres décadas diseñando calzado, no escatima en consejos para aquellos que quieran vestir a la gente de tobillos para abajo. Encabeza la lista este: “Estate absoluta, definitiva, fuerte y profundamente seguro de lo que amas o de lo que quieres y agárrate a ello”, dice Hardy, quien diseñó para Christian Dior y Hermès en los 80 y 90, antes de erigir su propia línea homónima en 1999. Una carrera exitosa en el calzado requiere de una elevada competencia creativa, comercial y técnica. Hemos preguntado a cinco importantes diseñadores cómo fueron sus comienzos y cómo alcanzaron la cima.

“Fui a la escuela para aprender la técnica… [incluyendo] cómo cortar la piel, cómo elegir la piel, cómo coser un zapato a mano”, dice el diseñador David Tourniaire-Beauciel, nombrado director creativo de Robert Clergerie en mayo del 2017. Además de proporcionarte esas habilidades técnicas, los cursos de diseño también pueden pulir tu visión y estética, dice la diseñadora británica Sophia Webster. Ella fundó su propio máster en moda (centrado en el calzado) en la Royal College of Art tras diseñar para firmas de alta gama chinas y ser becaria de Nicholas Kirkwood al mismo tiempo. Mientras que un grado en diseño sigue siendo la ruta más habitual, hay quien, como Hardy, aboga por una educación artística más general. “Quienes lo hacen ofrecen un [mejor] entendimiento de la cultura artística global y un fuerte conocimiento cultural”, dice.

Cordwainers College, que fue absorbida por la London College of Fashion en el 2000, sigue siendo una elección popular para quienes aspiran a ser diseñadores de zapatos. Allí estudiaron diseñadores locales como Jimmy ChooNicholas Kirkwood y Sophia Webster. Pero un programa prestigioso no es la única vía a la industria. “No buscamos escuelas en concreto, sino que nos fijamos más en la experiencia laboral y en el portfolio”, dice Mara Schmitz, consultora senior en Freedom Recruitment, quien ha colocado a gente en puestos de diseño en gigantes de la moda como Alexander McQueen, Louis Vuitton y Gucci, así como especialistas en calzado como Tod’s , Hunter y Jimmy Choo.

“Acudimos a las universidades y filtramos a los mejores talentos para ellos”, explica Schmitz, sobre la presencia del seleccionador en los desfiles de graduación, “y a veces ese es su primer paso hacia su primer trabajo”. Este fue, ciertamente, el caso de Paul Andrew, director de diseño de la firma italiana de calzado Ferragamo. Él estudio en la menos conocida Escuela de arte y diseño de Berkshire, pero gracias a la caza de talentos su colección de graduación fue sujeto de interés por parte de Alexander McQueen y Vogue EEUU.

Cuando se trata de conseguir tu primera experiencia laboral, la persistencia hace su trabajo. El diseñador David Tourniaire-Beauciel, nombrado director creativo de Robert Clergerie el año pasado, llamó cinco veces a la puerta de la fábrica de Stephane Kélian en su ciudad natal, Romans-sur-Isère, antes de conseguir una oportunidad. Aunque enviar tu CV sea el primer paso, una vez que sabes de ellos has de esperar que sea tu portfolio lo que cobre protagonismo. Los portfolios deberían incluir “buenos collages de ideas y, si es de lujo, buenos sketches a mano”, dice Schmitz. Para Hardy, una entrevista cara a cara es el paso más importante.

“Incluso si todo el mundo habla inglés en el estudio -e italiano en algunos momentos-, entender el francés hace el trabajo diario mucho más eficiente”, dice Hardy respecto a su estudio parisino. Pero no se trata sólo de hablar, literalmente, el mismo idioma. “La moda es un área muy elegante de la cultura y [requiere de] un entendimiento sutil”, continúa, “y trabajar en un ambiente francés requiere de una sensibilidad innata ”. Además de la cohesión cultural, el cofundador de Aquazzura Edgardo Osorio señala que ser multilingüe le ayudó a desarrollar una “perspectiva completamente diferente” en su entendimiento internacional del mercado.

“No hay nada como trabajar de veras en la industria para aprender tu oficio”, dice el británico Paul Andrew, quien trabajó por una década para otros diseñadores, como Narciso Rodriguez y Calvin Klein, antes de lanzar su propia marca homónima en 2013. “Consigue tanta experiencia como puedas cometiendo errores con los presupuestos de otra gente”, aconseja Webster. Osorio, quien comenzó sus prácticas a los 14 en su Colombia natal, comparte su consejo. “En mi caso, yo creo que el peor error que puedes cometer es fundar tu propia compañía según terminas tus estudios”, dice.

“El tiempo que pasas en fábrica es muy, muy importante”, dice Tourniaire-Beauciel. Es, ante todo, el lugar en el que aprendes lo esencial sobre la fabricación de calzado. Webster se refiere a un período de prácticas en Italia para una compañía que tenía “una fábrica justo debajo de su oficina central” como algo vital que le enseñó el proceso de fabricación de un zapato, mientras Andrew reconoce su etapa en Narciso Rodriguez “yendo y viniendo de Italia para trabajar en las fábricas” como el momento en el que él “pulió realmente” sus habilidades. Después de eso es cuando puedes asegurarte de que tus diseños cobren vida de la manera en que tú quieres. “Diseñar un boceto, al final, no es nada; tienes que dar la información”, explica Tourniaire-Beauciel, quien pasa dos de los seis meses del ciclo de la temporada en la propia fábrica. Esto supone analizar el dibujo con cada miembro del equipo de fabricación y encontrar soluciones para todo, desde el presupuesto hasta la arquitectura del tacón. “Es un debate, a veces hay alguna discusión”, admite.

“Creo que es importante que lo que hagas sea diferente”, dice Osorio. “Tienes que crear tu propio pequeño mundo porque si se parece demasiado al de algún otro, [tu cliente] ya estará comprándoselo a otra persona”. Eso no significa que tu estética no deba evolucionar a lo largo del tiempo. “Ama lo que odiaste y odia lo que amaste”, aconseja Tourniaire-Beauciel, mencionando los zapatos Buffalo de cuña alta que diseñó en los 90. “Diez años después fue considerado el zapato más feo del mundo y ahora están volviendo”.

Ya se trate de venderte a una marca ya existente o de montarla tú mismo, entender tu posición en el mercado es crucial. “Cuando diseñas necesitas entender esto: ¿Para quién estoy diseñando? ¿Para qué marca? ¿A qué precio? ”, explica Tourniaire-Beauciel. Para Webster, esto supone “tener muy en cuenta lo que quieren llevar las mujeres, [incluso si es] algo clásico e infravalorado. Aprender eso supuso bastante reto para mí porque cuando empecé lo hacía todo súper colorido y de tacón alto”. “Definitivamente pensé en el tipo de mujer que quería calzar y el tipo de mujer que quise que atrajera la marca”, recuerda Andrew, sobre atreverse a montar algo por su cuenta. Algo similar en el caso de Osorio, cuyo bagaje internacional le permitió identificar a los EEUU como el mejor lugar para empezar a vender su colección: “conocía los clientes, conocía los grandes almacenes, conocía las boutiques y estaba familiarizado con el entorno de donde quería estar y con lo que quería decir”.

“En moda necesitas relacionarte con los fabricantes, proveedores y artesanos [para hacer posible una colección]”, dice Osorio. Estos contactos se adquieren sólo trabajando para otros en primer lugar, “a no ser que tu familia esté en la industria de la moda o que seas muy, muy rico”, explica. Los contactos fuera de tus fábricas son importantes, también. “De alguna manera me molestó en su momento, pero siempre se me lanzaba al showroom para presentar la colección a la prensa y compradores”, dice Andrews sobre sus años diseñando en Donna Karan. “Pero en retrospectiva fue increíble, porque pude construir relaciones con estos ejecutivos clave en la industria y, cuando me aventuré a lanzar mi propia línea todo lo que tuve que hacer fue levantar el teléfono. Mi colección estuvo en BarneysSaks [Quinta Avenida], Bergdorf Goodman y Harrods en su primera temporada”.

“Hay un gran trecho entre presentar de 1 a 15 modelos en un showroom… y convertirlo en una colección y una marca reales”, dice Hardy. “Yo no estaba preparado para eso -era sólo un estúpido diseñador soñando con zapatos. Tienes que ser eficiente, tienes que ser competitivo y tienes que ser comunicativo ”. Tomar la ayuda correcta es esencial y muchos diseñadores la encuentran en casa. Osorio montó Aquazzura con su pareja, Ricardo D’Almeida Figueiredo, y el marido de Webster se encarga de la parte comercial de su línea. Otra opción es buscar soporte externo. “Contratamos un equipo de dirección de otro grupo de lujo que tenía mucha experiencia en el campo”, dice Osorio.

“Escribirán sobre ti cuando eres nuevo”, dice Webster, “pero después de eso tienes que ser constante en tu creatividad y tienes que mantener el ritmo”. Osorio, cuya línea cobró impulso gracias al crecimiento simultáneo del street style en 2011, recomienda a las nuevas marcas que “se centren solo en una estrategia digital” cuando están empezando a hacer crecer su perfil. “Cuando no tienes nada de dinero tienes que centrarte en usar esa voz y en hacerlo bien”, continúa, haciendo mención a sus zapatos apareciendo “en esas fotos [de street style] y en ciertas personas” como algo que “marcó una gran diferencia”.

“Nunca sueñas lo suficientemente grande”, dice Osorio. “Sólo necesitas dejarte el culo, creer que todo es posible, tener una gran sonrisa en la cara y portarte bien con todo el mundo”.

FUENTE: VOGUE

Compartir esta entrada