Danielle Baskin, joven diseñadora y artista visual, estaba hablando con unos amigos sobre el coronavirus cuando se percató de que las personas que utilizan mascarillas para protegerse de posibles contagios pueden tener serios problemas para desbloquear sus móviles con el reconocimiento facial. «La solución es fácil», se dijo Baskin. «Sólo tienes que imprimir tu cara en la mascarilla».

La respuesta le pareció obvia a esta artista de San Francisco, ya que dirige varias compañías especializadas en la impresión en superficies curvas, como piezas de fruta. A las pocas horas de esa conversación con amigos ya había puesto en marcha una web (faceidmasks.com) para vender mascarillas compatibles con el Face ID de los iPhone y otros métodos de reconocimiento facial.

Tras publicar un tuit que enlazaba a la web, la demanda fue inmediata, sobre todo procedente de China, ya que el invento se hizo viral tras recogerlo varios medios de comunicación chinos. Uno de sus clientes potenciales solicitó nada menos que 10.000 mascarillas con su rostro, pero de momento tendrá que esperar, ya que Danielle no quiere poner en marcha su iniciativa mientras haya escasez a nivel mundial de los materiales con que se fabrican estas máscaras.

Otra razón de peso esgrimida por Baskin para retrasar la puesta en marcha de su tienda online es que debe probar su producto con las distintas tecnologías de reconocimiento facial  que utilizan buena parte de los smartphones actuales. Y no será tarea fácil, ya que compañías como Samsung, Huawei y Xiaomi están desarrollando constantemente nuevos mecanismos para aumentar la seguridad de sus terminales y evitar desbloqueos accidentales. La sugerencia de Baskin es que los usuarios se pongan la máscara con su cara impresa para configurar desde el inicio el reconocimiento facial en sus móviles.

La artista estadounidense Danielle Baskin ha ideado unas mascarillas en las que puedes imprimir tu propia cara

Por ahora no hay fijada una fecha de lanzamiento, pero se han sentado las bases del proyecto. Una vez en el mercado, los usuarios podrán visitar el sitio web o la app del producto y subir un selfie . Hecho eso, sólo quedará ajustar la imagen para asegurarse de que no haya problemas de alineación antes de finalizar el pedido. Las imágenes se imprimirán en mascarillas N95 con tintes naturales no tóxicos. Incluso se puede elegir el color de la banda elástica de la mascarilla para que coincida con el tono de piel del comprador.

Cabe señalar también que las máscaras N95, diseñadas para proteger contra las partículas líquidas y aéreas, no son las más seguras contra el coronavirus. Numerosos factores, incluyendo el sello de la máscara, si el portador tiene vello facial o incluso el tamaño de la cara pueden determinar su eficacia. Incluso cuando se utiliza correctamente, algunos informes de expertos sugieren que la enfermedad puede contagiarse a través de los ojos.

La artista estadounidense Danielle Baskin ha ideado unas mascarillas en las que puedes imprimir tu propia cara

Baskin es consciente de esas limitaciones y asegura que las máscaras son más efectivas cuando las utilizan aquellos que ya están enfermos. Y también conviene recordar que detrás del negocio hay un proyecto artístico que empezó casi como un chiste distópico. «¿Esto es una broma? Sí. No. No estamos seguros», se puede leer en la página web del producto. «Los virus no son una broma. Lávate las manos cuando puedas. Y vacúnate cuando puedas».

Epidemias virales como la del COVID-19 no son la única excusa para usar una mascarilla que coincida con tu cara. El uso de máscaras protectoras, habitual desde hace décadas en los países asiáticos por los altos índices de contaminación, se está haciendo cada vez más habitual en otras latitudes debido a diversos factores, como los recientes incendios forestales en Australia.

La artista estadounidense Danielle Baskin ha ideado unas mascarillas en las que puedes imprimir tu propia cara

Otra preocupación que surge ante el proyecto es que puede ser utilizado por potencias como China, que ejerce un férreo control de su población gracias a miles de cámaras de reconocimiento facial instaladas en lugares públicos. Pero Baskin también ha pensado en eso: los que así lo deseen podrán imprimir en su máscara un rostro inexistente creado gracias a una Inteligencia Artificial a partir de miles de rostros reales. ¿Se converitrá al final en una herramienta para burlar la vigilancia estatal? Para Baskin sería «la mejor noticia de todo esto».

FUENTE: EXPO FASHION MAGAZINE

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